viernes, 14 de noviembre de 2008

El hombre: ¿bueno o malo?


Definir algo como bueno o malo, depende de nuestro punto de vista... todo es relativo. Por ello, decidir si el hombre es bueno o malo por naturaleza es complicado.

La historia nos muestra como han evolucionado nuestras acciones: las innumerables guerras, donde el hombre dio a conocer y tomó conciencia de su poder destructivo, sus técnicas de tortura y las de matar; y también actos más benevolentes, donde nos regimos por valores benéficos impuestos por un ser divino, como dice la tradición cristiana.

Por ello, nuestras acciones a través de la historia, han sido ricas tanto en destrucción como en pacifismo, que puede definir a la naturaleza humana como la interpretación de las motivaciones que tengamos. Es decir, tenemos tanto el bien como el mal, y no podemos realizar acciones buenas si no existieran por otro lado las malas y viceversa. Es decir, el bien no puede existir sin mal (Ying-Yang).

El hombre se mueve, entonces, por sus motivaciones. Por miedo, por egoísmo, por instinto de supervivencia... nuestras desiciones se adecúan a la situación.
Actuamos muchas veces estas sensaciones, quizá a veces por sentirse vulnerable, el hombre se ve en la necesidad de utilizar la fuerza para someter a otros en beneficio propio. Pero no por eso podemos decir que somos malos o crueles por naturaleza.

Por otro lado, la sociedad la componemos los seres humanos, y en cierta forma, nos empujamos unos a otros a hacer determinados actos; todo por la competencia, esa lucha de "todos contra todos". La seguridad no está garantizada, así que confiamos nuestro bienestar a otras personas, constituyendo los gobiernos.

Entonces... la sociedad nos oprime pero a la veznos protege, y por ende, al sentirnos protegidos abandonamos ese miedo y egoísmo, que nos hace ser crueles, para actuar más benevolentemente.

jueves, 13 de noviembre de 2008

Eutanasia y Autonomía


Hablar de la eutanasia es algo que nadie hace de forma voluntaria, pues el solo pensar en tomar decisiones de esta naturaleza incomoda o pone en aprietos éticos y morales a cualquiera. Sin embargo, hay momentos en que conviene tomarse un tiempo para reflexionar sobre algo así. Me tome la libertad de analizar este tema basándome en el principio de autonomía presente en la bioética.

Alguna vez escuche "el hombre nace libre, pero la sociedad lo encadena" y creo que en cierta forma es así.

La sociedad ideal, vela mediante el uso de leyes por la seguridad de quienes la componen ; en la realidad actual, además de protegernos limitan nuestro accionar sin pensar en que es lo que la persona necesita, a veces debemos hacer lo que los demás necesitan que hagamos, no lo que debemos y su bienestar depende de ello.

Por otra parte, también debemos reconocer que no somos perfectos y somos nosotros quienes hacemos las normas que rigen esta sociedad, por ello es complicado pensar en el efecto que estas tendrán en la gente.

La autonomía es un derecho que aunque tal vez no este escrito en un papel, todos poseemos desde que tomamos conciencia de quienes somos. En el caso de la eutanasia, el término de una vida se hace en respuesta a la petición del paciente, enfermo, sin posibilidad de mejoría, pero que el procedimiento le otorga una muerte sin dolor, sin sufrimiento.

Actualmente, este procedimiento lo debe llevar a cabo un médico con el consentimiento del enfermo. Existen dos tipos de eutanasia: la pasiva, en donde se omite o se suspenden los instrumentos de apoyo de vida o los medicamentos, es decir, la muerte natural; y la activa que es la muerte ocasionada para ponerle fin al sufrimiento de una persona.

La primero creo que ocasiona menos problemas morales debido a que no se ejecuta una acción para terminar la vida; en cambio en la segunda hay una acción de por medio que incluso puede ser difícil para el propio médico acabar con la vida de una persona, aún cuando sea a pedido de ella.

Siento que antes de llegar a instancias como esta, se debe hablar con nuestros cercanos sobre temas como este, para tener al menos una noción de que rumbo tomar en caso de que ocurra algo con nuestra salud.

Pienso que en instantes así tenemos que ser realistas y sinceros con nosotros mismos. Si una persona no es capaz de respirar por si sola o tan siquiera hacer latir su corazón de manera autónoma, no se puede tomar aquello como una verdadera vida. En la antigüedad no teníamos maquinas tan modernas como ahora y la gente simplemente moría. ¿Por qué tendríamos que prolongar algo que termino en el mismo instante en el que la persona entro en dicha situación? La estamos amarrando a este mundo, siendo muy posible que su viaje por esta vida ya haya concluido y merezca un descanso justo. Es casi como si nos aferrarnos a su cadáver. Eso es egoísmo. El no templar nuestro espíritu y pensar en que la persona mejorara luego de años y años de estar en la misma situación, es parte de una ceguera que hará aun más dolorosa su partida y retardara su descanso. El tomar conciencia sobre que algunas personas podrían necesitar el cuidado y el espacio que ocupa nuestro enfermo, nos hace un poco más humanos y es parte del proceso mediante el cual iremos teniendo empatía con el resto y por ende comenzaremos también a ponernos en el lugar de nuestro ser querido que yace en una cama. Por ese cariño que se le tiene, se debe dejar partir teniendo en el alma la tranquilidad de que se hizo lo que con amor creímos mejor para su bienestar.

Es una difícil decisión, pero pensar que puede ahorrarle un sufrimiento intolerable a alguien cercano, hace que, en lo personal, apoye esta medida. Lo último que se puede hacer en esta situación es respetar la decisión del enfermo y aceptarla resignadamente.

miércoles, 22 de octubre de 2008

Filosofía...


¿Mentirías si tuvieras que salvar una vida?

Mentir es malo, es lo que se me ha inculcado. Pero dejar que alguien muera por mi culpa, tampoco es aceptable.
Si me dicen que es una persona acusada injustamente, no tendría por qué mentir. Tendrían que escuchar su verdad... si aún así no son capaces de entender, creo que por defenderla tendría que obligatoriamente mentir... ya que me dicen que van a matarla. Es decir, con un acto no muy correcto, hacer una buena acción.
El mismo caso,pero ahora con una persona que si es culpable de lo que se le acusa. Creo que la muerte no repararía ningún daño que haya cometido, más bien quedaría en el fondo impune. Por tanto, en este caso la entregaría, sólo si me aseguran que el juicio que recibirá no será la muerte, sino algún castigo que pueda cumplir ahora.

Es decir, salvar una vida en estas condiciones es un poco complicado. Si me descubren mintiendo, tendré que asumir mis responsabilidades y es muy probable que nos maten a ambos (a él por la acusación a mi por encubridora, quizá, o mentirosa).

Entonces, ahora... salvar mi vida o la de la otra persona? Si por mentir salvo la suya, y la mía queda en peligro, pues creo que tendré que asumir las consecuencias de mis actos, aunque sea injusto. Al menos salvé a la otra persona. Independiente si fue para mejor o peor, creo que a esas alturas no lo sabré. Una vida vale más. Quedaría conforme con eso.

Es que, a mi parecer, hay muchos factores que influyen como los sentimientos. Pero aunque no tenga relación con esa persona, como persona, ser humano que razona, salvaría a la otra persona de morir, aunque me cueste caro.


¿Robarías si tienes hambre?

Otro dilema. Robar es malo, pero instintivamente haré lo posible por seguir viviendo. Si no hay otra alternativa, tendré que hacerlo.
Aquí no tengo que pensar en la vida de otro, sino en la mía, vivir o no vivir. Y por naturaleza creo que en estas situaciones optamos por salvarnos. Aunque tenga que robarle a una persona que nada tiene que ver con mis problemas.

Pensar que si yo le robo a una persona que vive de eso, vendiendo alimentos, entonces esa personas estaría perdiendo ingresos, que quizá tengan una repercusión significativa en su vida diaria; eso no lo sé, pero poniéndolo en un supuesto caso. De cualquier forma, robar a mi parecer es la única solución, aunque por esto perjudique a otros.

Si por ello voy a la cárcel, pues bien, nuevamente tengo ke asumir las consecuencias de mis actos. Quizá de todas formas pierda la vida.

Si aún puedo hacer algo, podría justificarse mi acción: quise seguir adelante porque tengo mucho que entregar aún y me considero útil. Si mi existencia fuera necesaria y beneficiara a los que me rodean, robar para continuar y avanzar, es la única opción que veo.

Pero si la verdad no puedo hacer nada por cambiar, ni siquiera la situación en la que estoy, entonces, seguir viviendo sería quizá sólo una carga. ¿Por qué vivir si sólo estoy sufriendo? Creo que optaría por morir. Ir a la cárcel sería sólo alargar mi agonía

Es decir, si se justifica que siga viviendo, tengo que hacer un esfuerzo por mantenerme con vida para poder entregar lo que pueda y seguir creciendo como persona.


¿Tratarias bien a una persona que insultó a tu madre?

Depende del contexto. En la vida diaria por supuesto que no; si hay algo que privilegio por sobre todo es a mi familia, después de todo, es el único apoyo incondicional con el que se cuenta.
Apoyaría a mi madre.

Aunque en otras situaciones, más formales, de cortesía, haría simplemente lo justo y necesario. Ser simplemente educada. No necesito ser amigable con esa persona si no me parece y si la situación no lo amerita. Tampoco puedo pasar por alto la ofensa.

Es decir, por experiencia propia, se puede trabajar sin necesidad de ser simpática con la persona si no lo siento. Sería muy sínico de mi parte hacer como que nada sucedió.

Como ya dije privilegio a mi familia, y si por esas casualidades de la vida, me toca trabajar con esa persona o relacionarme con ella en alguna actividad más formal, tendría que hacer lo que tengo que hacer y me limito a eso. Porque tampoco es una opción para mí sacrificar una nota, que me vale para mi promedio (por ejemplo) por ello. Es decir, no pierdo la confianza de mi madre ni bajar mi desempeño.

Así he enfrentado situaciones así, porque, y muy personal, para mí las personas que insultan a mi familia terminan careciendo de importancia, es como hacer que no "existen" para mí. Tampoco me interesa perjudicarlas en algún ámbito aunque pudiera... no va con lo que mis padres me han enseñado. Simplemente corto todo tipo de relaciones interpersonales con esa persona.

En resumidas cuentas, prefiero ignorar a esa persona. Hasta ahora me ha funcionado y no veo afectada la relación con mi familia.


¿Desconectarias a tu madre si sufre de una enfermedad insufrible?

Difícil decisión. Es mi madre. Está sufriendo. Por un lado si la desconecto, le quitaría el dolor y sencillamente moriría al poco tiempo. Entonces, puede que se termine su sufrimiento, pero yo cargaría con la culpa de su muerte.

Considerando que mi madre se encuentre en coma, con muerte cerebral ¿Qué hacer? No quiero que sufra, y me siento impotente al no poder hacer algo para hacerla sentir mejor. ¿Darle calmantes? Funcionan un tiempo.
Pero si está inconsciente, es decir, es como tener a un muerto con la diferencia que aún tiene funciones vitales, sólo que no me responde. ¿Es así como quiero recordarla? ¿Postrada en cama, sin que me hable, inconsciente, como un muñeco? Creo que no. Antes que siga sufriendo, prefiero sufrir yo por su muerte. A esas alturas no podía hacer nada, si la dejaba conectada podía estar mucho tiempo así, alimentando falsas esperanzas de que algún día pueda volver a levantarse. Hay casos en los que ocurre... pero en el fondo, esas personas sólo sufren.

Si hay algo no soportaría sería verla sufrir, sin saber qué le pasa, sin saber en qué puedo ayudarla. Eso es lo que más me duele, no poder ayudarla. Sentirme tan pequeña.

Ya no se puede hacer nada, es como el último acto de piedad que puedo hacer por mi madre. Ya no puede hacer nada. La calidad de vida que va a tener mi madre en esas condiciones no va a ser la mejor ni tampoco la que espero que tenga. No está consciente de nada, de su vida, de lo que la rodea, ni siquiera sé si ella es consciente de que está viva. No puedo saberlo porque no me da señales de vida.

Por ello la desconectaría. ¿Sería bueno para mi salud mental? Probablemente sienta culpa, pero alargarle la vida por un capricho, sólo por tenerla ahí no es un trato humano. Tendría que saber superar tanto la culpa como su muerte... resignación... pero al menos ella dejaría de sufrir.
 

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