Definir algo como bueno o malo, depende de nuestro punto de vista... todo es relativo. Por ello, decidir si el hombre es bueno o malo por naturaleza es complicado.
La historia nos muestra como han evolucionado nuestras acciones: las innumerables guerras, donde el hombre dio a conocer y tomó conciencia de su poder destructivo, sus técnicas de tortura y las de matar; y también actos más benevolentes, donde nos regimos por valores benéficos impuestos por un ser divino, como dice la tradición cristiana.
Por ello, nuestras acciones a través de la historia, han sido ricas tanto en destrucción como en pacifismo, que puede definir a la naturaleza humana como la interpretación de las motivaciones que tengamos. Es decir, tenemos tanto el bien como el mal, y no podemos realizar acciones buenas si no existieran por otro lado las malas y viceversa. Es decir, el bien no puede existir sin mal (Ying-Yang).
El hombre se mueve, entonces, por sus motivaciones. Por miedo, por egoísmo, por instinto de supervivencia... nuestras desiciones se adecúan a la situación.
Actuamos muchas veces estas sensaciones, quizá a veces por sentirse vulnerable, el hombre se ve en la necesidad de utilizar la fuerza para someter a otros en beneficio propio. Pero no por eso podemos decir que somos malos o crueles por naturaleza.
Por otro lado, la sociedad la componemos los seres humanos, y en cierta forma, nos empujamos unos a otros a hacer determinados actos; todo por la competencia, esa lucha de "todos contra todos". La seguridad no está garantizada, así que confiamos nuestro bienestar a otras personas, constituyendo los gobiernos.
Entonces... la sociedad nos oprime pero a la veznos protege, y por ende, al sentirnos protegidos abandonamos ese miedo y egoísmo, que nos hace ser crueles, para actuar más benevolentemente.
La historia nos muestra como han evolucionado nuestras acciones: las innumerables guerras, donde el hombre dio a conocer y tomó conciencia de su poder destructivo, sus técnicas de tortura y las de matar; y también actos más benevolentes, donde nos regimos por valores benéficos impuestos por un ser divino, como dice la tradición cristiana.
Por ello, nuestras acciones a través de la historia, han sido ricas tanto en destrucción como en pacifismo, que puede definir a la naturaleza humana como la interpretación de las motivaciones que tengamos. Es decir, tenemos tanto el bien como el mal, y no podemos realizar acciones buenas si no existieran por otro lado las malas y viceversa. Es decir, el bien no puede existir sin mal (Ying-Yang).
El hombre se mueve, entonces, por sus motivaciones. Por miedo, por egoísmo, por instinto de supervivencia... nuestras desiciones se adecúan a la situación.
Actuamos muchas veces estas sensaciones, quizá a veces por sentirse vulnerable, el hombre se ve en la necesidad de utilizar la fuerza para someter a otros en beneficio propio. Pero no por eso podemos decir que somos malos o crueles por naturaleza.
Por otro lado, la sociedad la componemos los seres humanos, y en cierta forma, nos empujamos unos a otros a hacer determinados actos; todo por la competencia, esa lucha de "todos contra todos". La seguridad no está garantizada, así que confiamos nuestro bienestar a otras personas, constituyendo los gobiernos.
Entonces... la sociedad nos oprime pero a la veznos protege, y por ende, al sentirnos protegidos abandonamos ese miedo y egoísmo, que nos hace ser crueles, para actuar más benevolentemente.